lunes, 29 de junio de 2009

Cosas que NO me gustan del verano

-Hace un calor que funde las piedras (duh!)

-El buen gusto en la vestimenta se va de vacaciones para no volver hasta septiembre.

-Se reduce la frecuencia de paso de trenes, metro y buses (ya veo a los del Ayuntamiento: Bah! los que se quedan en Madrid en verano son tan desgraciados que sólo merecen esperar el doble a que llegue su transporte público, mwaaahahahaha!)

-Los que están peleados con la ducha huelen, más que nunca, a rata muerta.

-La idiotez estival. Se diría que hay carta blanca para ser idiota y hacer cosas que nadie en su sano juicio haría, como ir por ahí descalzos y sin camiseta bañándose en fuentes públicas.

-No puedo salir a correr. Moriría desintegrado.

-La/s canción/es del verano. Todos y cada uno de sus intérpretes no merecen otra cosa que la muerte más cruel.

-Hay muchos más bichos repugnantes que en cualquier otra época del año. Y encima pican, los cabrones.

-Muchas cosas divertidas y/o interesantes cierran por vacaciones.

-Las fotos de cada año de Ana Obregón en la playa.

-Las no-ticias (porque en verano no hay) se rellenan, o bien con auténticas chorradas supinas, como un perro que sigue a su dueño durante setenta y cuatro kilómetros, el muy idiota, o bien con rumores recurrentes cada año por estas fechas como que Fidel Castro ha muerto o que los leones se han comido a Ángel Cristo.

-Por no hablar de cuando la noticia que abre el telediario es... que hace calor! (no jodas, no nos habíamos dado cuenta... tendrá algo que ver con que estemos en verano?)

-En el caso de los deportes todo se reduce a conjeturas idiotas sobre fichajes y a pretemporadas insulsas. Y eso me lleva a otro gran hándicap del verano:

-No hay fútbol.

-No puedo tomar Chai Latte (ni falta que me hace, la verdad, porque no lo necesito en absoluto) ya que hace calor y no apetece (tanto).

-Las piscinas municipales.

-Los termómetros defectuosos del Ayuntamiento de Madrid que marcan cincuenta y siete grados a la sombra (y que son los que utilizan los del Telediario para abrir las noticias).

En fin, como ya sabéis y como dirían mis admirados ingleses... not my cup of tea, thanks!

miércoles, 24 de junio de 2009

Por favor, apaguen sus teléfonos móviles

En marzo de 2005, el juez Robert Restaino encarceló sin pestañear a los 46 asistentes al juicio que celebraba, después de que un teléfono móvil sonara en mitad del mismo sin que ninguno de los presentes admitiera ser su dueño y, por consiguiente, el responsable de la interrupción.

Así que ya sabéis, si os piden que apaguéis el teléfono móvil, lo más sensato es que obedezcáis.

¿O pensabais que abundaban los jueces-colega como el de Juzgado de Guardia?

martes, 23 de junio de 2009

El médico

Recuerdo que estaba en casa de mi abuela, una casa de pueblo antigua y grande.

La habitación espaciosa, que se encontraba en penumbra, sólo estaba amueblada con un escritorio y la cama que yo ocupaba.

A los pies de la cama se encontraba un hombre con gafas, vestido con una bata blanca y llevando un estetoscopio colgado del cuello.

A duras penas podía distinguir su cara redondeada entre las sombras, sólo recuerdo que era un tipo alto, delgado y algo calvo.

Hablábamos sobre las causas de mi convalecencia, que me mantenía postrado en aquella cama y que, según él, se resolvería con una simple operación que él mismo me practicaría, pero a medida que progresaba la conversación, mi intranquilidad iba en aumento.

¿Por qué no había nadie más allí? ¿Por qué no estaban mis padres ni mi hermana? ¿Por qué aquel hombre me transmitía aquella sensación de desasosiego que crecía con cada palabra que pronunciaba con una voz que no puedo recordar?

Suspicaz, comencé a preguntarle sobre su profesión, cuánto hacía que era médico, por qué había pasado los últimos seis años sin ejercer... (¿y por qué sabía yo aquello?)

Cada vez más tenso, me respondió que todo había sido producto de un error, pero que ya estaba subsanado.

Cerré los ojos un instante y, al abrirlos de nuevo, él ya no estaba a los pies de la cama.

Presa del pánico, mientras el corazón me latía fuertemente en el pecho, escruté por la habitación a través de la oscuridad sin encontrar rastro del hombre.

Sobrecogido, de pronto me di cuenta de que se encontraba justo a mi lado, de pie, observándome, su rostro deformado por una sonrisa macabra.

-¡Qué quieres de mí!, grité desesperado.

Él se inclinó sobre mí y me susurró:

-A ti.



Después me desperté.

lunes, 22 de junio de 2009

Friends will be friends

Desde siempre he sentido la necesidad de apoyarme en mis amigos para sentirme completo. Más en los tiempos difíciles, claro, pero supongo que eso es normal.

Mis Héroes (todos y cada uno de ellos), Luke, Maruca, Timeshock, Shaolin, Inma, Pachi, Antje, John Paul... todos han estado ahí cuando lo he necesitado.

Mi grupo de amigos, digamos, "de siempre" (AKA Mis Héroes), se mantiene más o menos estable desde que teníamos 16 años. No estamos todos los que fuimos, claro, pero quedamos bastantes que conformamos un grupo bien avenido que se reune con bastante frecuencia.

El sábado estuvimos casi todos en casa de los padres de Little Thing para disfrutar de una buena barbacoa veraniega, ya sabéis, más comida de la que podemos comer y más cerveza de la que podemos beber. Bueno, esto último no, pero ya me entendéis.

Conmigo se vino otro amigo, (desde luego ha demostrado que lo es), Shaolin, al que conozco desde hace unos tres años. Como es un tipo abierto y sociable, se lleva bastante bien con mis amigos de siempre.

Así pasamos (qué tentación de poner "pasemos" :P ) la tarde, entre carne a la parrilla, cervecita fría, sangría, tarta, helado, champán, etc. escuchando música y viendo videos chorras en el portátil, hablando de todo un poco y de nada en particular, con muy buen rollo y disfrutando de la hospitalidad de J., Little Thing y sus padres, que son maravillosos.

El caso es que cuando volvíamos Shaolin y yo en coche, ya a las tantas, desde PuebloEnElQueViveLittleThing, íbamos charlando sobre la amistad.

Yo le decía que me sentía muy cómodo con mis amigos, que había mucha complicidad y mucho aprecio mutuo y que valoraba, casi por encima de todo, una cualidad presente en todos ellos, que es el hecho de que todos son buenas personas.

Él se quejaba, con razón, diciéndome que no todos sus amigos eran buenas personas y que en su momento no encontró a los amigos adecuados; que le sobraron muchos cubatas y muchas noches en Tropic Costa y le faltaron otras actividades más afines a sus gustos. Además, le duele que ya sólo se vean muy de vez en cuando.

Luego, con un poco de timidez, me dijo algo que me encantó:

"Se nota que tus amigos te quieren mucho."

Se me puso la carne de gallina, porque tiene toda la razón.

Confío en que ellos saben que es recíproco.

jueves, 18 de junio de 2009

Les Luthiers

Debía de correr el verano del año 87 cuando me topé por primera vez con Les Luthiers.

Recuerdo que, de vez en cuando, ponían en La 2 fragmentos de sus actuaciones y que, en uno de ellos, los cinco estaban frente al público y, por turnos, daban un paso adelante y recitaban una cita supuestamente célebre.

Sólo retuve una, genial por lo simple, declamada con voz monocorde por Carlos López Puccio: "Si alguien que dice ser tu amigo te apuñala por la espalda, desconfiá de él."

Luego perdí el contacto con estos genios y sólo lo recuperé muchos años más tarde, cuando estudiaba la carrera.

Como tenía turno de tarde, muchas noches me quedaba escuchando un colosal programa de radio llamado La Rosa de los Vientos cuyo director, Juan Antonio Cebrián (que nos dejó demasiado pronto), era claramente un fan de Les Luthiers y nos deleitaba (y se deleitaba) compartiendo una selección de sus mejores momentos.

A esas alturas ya sabía que no podría vivir sin ellos y los hice activamente parte de mis aficiones; me escuché todo lo escuchable y me ví todo lo visible, me aprendí gags y canciones de tanto repetirlas y les fui tomando cariño uno a uno casi personalmente.

Después, a lo largo de los años, he comprado unos cuantos CDs y un par de DVDs de estos psicóanalistas del humor (musical) y les he ido a ver en dos ocasiones cuando han venido a Madrid (son muy recomendables en directo).

Su humor no gustará a todo el mundo, claro, pero al menos yo me parto de risa con estos tipos que se me antojan lo más parecido que existe en español a los gigantescos Monty Python y que no pierden ni un ápice de frescura a pesar de llevar más de cuarenta años haciendo un humor de máxima calidad.

He aquí un par de gemas preciosas de estos genios argentinos (sí, Daniel es mi favorito, sólo un par de peldaños por debajo de John Cleese en el ranking de personas graciosas vivas):




miércoles, 17 de junio de 2009

¿Coincidencia? no lo creo...

¿Por qué cuando nos pasa algo intenso en la vida nos da por escuchar más canciones de lo habitual?

¿Y por qué todas esas canciones parecen incluir claros mensajes indudablemente dirigidos única y exclusivamente a nosotros con el fin de ilustrarnos y/u orientarnos?

¿Qué extraña y poderosa mano se esconde tras semejante confabulación cósmica?

Y no me refiero a canciones ultra-ambiguas como las de Héroes del Silencio, con las que te puedes sentir identificado tanto si se te rompe el coche como si suspendes un examen, no, me refiero a canciones con letras claras y concisas.

Que si

Bang! Bang! my baby shot me down

por aquí, que si

And I remember all the things we once shared

por allá, que ponemos la radio y sale Bono cantando With or without you a voz en grito, que ahora nos ponemos el MP3 y la primera frase que sale de los auriculares es

we'll both end up with just your song to say goodbye

(gracias, Brian Molko, por cantarme A song to say goodbye) ...

Presiento que si enciendo la tele y pongo un canal al azar estarán poniendo Love Actually, a pesar de que estemos en junio.

Pero no nos desviemos de la música. Como ejemplo ilustrativo os diré que hace no mucho me aficioné a un grupo de Birmingham que se llaman Editors y cuyos dos discos he escuchado hasta la saciedad en estos meses.

Sólo un par de ejemplos de que, de forma evidente, Tom Smith me está hablando a MÍ y sólo a MÍ:

Well be careful angel this life is just too long, all sparks will burn out in the end...

If something has to change, then it always does, you don't need this disease, not right now...

Let's pretend we never met, let's pretend we're on our own...

Y eso por no hablar de I'm not OK, Always on my mind, It's the end of the world as we know it, My brown eyed girl, Only happy when it rains, So lonely, Free to decide, Lola (ah no, perdón, esa no), o incluso:

I have decided to leave you forever
I have decided to start things from here
Thunder and lightning won't change what I'm feeling
And the daffodils look lovely today


martes, 16 de junio de 2009

Cross road.

Una palmera de chocolate.

Una nota de papel cariñosa.

Un email deseándome un buen día.

Una sonrisa.

Una proposición peligrosa.

Reconozco Tus esfuerzos, pero es muy pronto para bajar la guardia.

No creas que no entiendo Tu posición. Incluirte en mi vida poco a poco (luchar por ello) sin ejercer demasiada presión que me lleve a huir despavorido.

Me llena de indulgencia, y eso es peligroso. Tanto como meterme en mi armadura y no querer saber nada del mundo que me rodea.

Probablemente lo difícil no sea descubrir lo que siento, sino lo que me conviene.

¿Y al final de mi viaje llegara a la conclusión de que lo que quiero y lo que entraña más peligro son exactamente la misma cosa?

¿Y si, por el contrario, concluyo que la vida me tiene reservadas sorpresas mejores?

Aún es pronto.

PS. Prometo intentar no daros la tabarra con este tema durante un tiempo ;) .

lunes, 15 de junio de 2009

El Libro Maldito

Hoy me he pasado por el FNAC y he cumplido un encargo que me había hecho un amigo.

El encargo en cuestión consistía en comprar un libro titulado "Contra el Yo", de un tal Mark Epstein.

Al llegar a la mesa de información, una señorita muy amable me ha atendido y me ha preguntado que en qué podía ayudarme.

Al decirle yo lo que buscaba, me ha mirado como si le hubiera preguntado por la biografía del Anticristo o por un libro de sacrificios humanos rituales y me ha indicado, ya no tan amable, que seguramente podría encontrarlo en "Religión/Esoterismo" o, tal vez, en "Psicología Transpersonal", una planta más arriba.

Yo, que no era consciente de que existiera tal cosa como la Psicología Transpersonal, he dudado un momento, luego le he dado torpemente las gracias y me he ido en busca de tan extravagante sección.

Por el rabillo del ojo me ha parecido ver como, en cuanto me daba la vuelta, la empleada cogía el teléfono y cuchicheaba siniestramente con algún (probablemente siniestro) interlocutor, mientras me propinaba miradas soslayadas.

Una planta más arriba, me he dirigido a otra empleada equipada con su inconfundible chaleco verde y, dicho sea de paso, con un anillo de oro grabado con un extraño símbolo masón. La sonrisa con la que me ha recibido se ha helado en su rostro cuando le he consultado la ubicación del, empezaba a sospechar, Libro Prohibido.

Me ha intentado despistar guiándome descaradamente a secciones que, claramente, no guardaban ninguna relación con lo que buscaba, como "Tauromaquia" o "Códigos Legales y Jurisprudencia", lo que me ha llevado a protestar airadamente.

Acorralada, no ha tenido más salida que llevarme a la sección en la que se encontraba el Libro, tras un panel secreto que ha abierto presionando con dos dedos sobre los ojos de una calavera, y custodiado por un monje ciego que le ha entregado el manuscrito a regañadientes.

Se lo he arrancado de las manos y he corrido hacia las cajas, he pagado en efectivo a una cajera que me miraba espantada, he bajado las escaleras de cuatro en cuatro, he salido atropelladamente apartando a la gente a empujones (con la certeza de que todos me miraban con ojos vacíos mientras de fondo me llegaba el sonido de una macabra música de tambores) y he corrido Gran Vía abajo como alma que lleva el diablo.

Estoy casi seguro de haber visto como dos tipos de negro con gafas oscuras me han seguido trotando a cierta distancia en mi carrera desesperada hasta el Metro.

Al llegar a casa, he cerrado la puerta con doble vuelta y he bajado todas las persianas.

Ahora escribo esto acurrucado en un rincón, a sabiendas de que mis horas están contadas mientras tenga esa Obra del Maligno en mi poder.

No sé qué clase de Libro Maldito he comprado ni qué horror del averno se esconde tras el tal Mark Epstein (si es que ese es su verdadero nombre), pero ahora me arrepiento de no haber dejado claro que era para un amigo.

viernes, 12 de junio de 2009

Secretos

A veces me recreo leyendo palabras que nunca debí leer.

Aún encuentro un cierto morbo en el sentimiento de amargura y rabia que me produce escrutar a hurtadillas una vida que nunca conocí y que no me corresponde, a pesar de haberla tenido delante durante años.

También me sigo sorprendiendo de lo engañado que estuve, de lo ajenas y extrañas que me resultan unas frases que salieron de lo más profundo de alguien a quien pensaba que conocía perfectamente.

Lo recorro cronológicamente y me empapo de rabia y de rencor.

Releo algunas frases varias veces y extraigo toda su esencia. A pesar de que sé perfectamente que, incluso ahora, cuando ya todo esto está hablado, aún estoy irrumpiendo en Su intimidad como un vulgar violador.

Pero ya no me atrevo a leer hasta más allá de cierto punto. Lo hice en su día, hasta la saciedad, pero ahora ya no tengo arrojo suficiente como para volver a revivir la gestación de mi propia agonía.

Y sé que no debería conservarlo y mucho menos leerlo de nuevo. Sé que tendría que borrarlo y quitármelo de la cabeza, pero sin embargo lo guardo como un tesoro y me castigo releyéndolo.

Y si lo tengo presente, me convenzo de que la gente no cambia y de que estaría cayendo en la misma trampa por segunda (tercera?) vez.

Y si no lo tengo, me pregunto por qué diablos no lo tengo.

Mi parte visceral me pide a gritos que olvide, pero la otra no. La otra me dice que ande con cuidado, ahora que conozco el terreno que estoy pisando descalzo.

Ufff, hacía muchos años que no tenía deberes para el verano.

Y estos son de los difíciles.

miércoles, 10 de junio de 2009

Necesito una piedra Rosetta

En mi oficina estoy implicado en un proyecto que tiene que ver con un sistema de gestión de vehículos inmobiliarios.

Para llegar a entender qué leches estoy haciendo, he mantenido varias reuniones con miembros del departamento de Corporate Finance de mi empresa, a saber:

GorditoSimpático: No ha pintado mucho en el asunto y se ha quitado de en medio rápido.

NiñaPijeras: Pijeras pero lista; me ha ayudado bastante a alcanzar un conocimiento suficiente de la gestión de activos inmobiliarios.

HughJackmanVenidoAMenos: Un tipo extraordinariamente simpático y amable, pero que tiene la capacidad de generar en su mente galimatías incomprensibles que después me escupe directamente a la cara.

Como ejemplo, una de las últimas reuniones:

-Banshee: Bien, veamos: lo que tenemos hasta ahora nos permite gestionar n vehículos y sus activos, calcular la deuda de las cajas, la amortización, etc. y mantener la línea de liquidez. Por dónde creéis que deberíamos continuar?

-NiñaPijeras: Osea, yo creo que por la matriz de movimientos! saes? yo te hago una hoja de Excel y así ves un ejemplo!

-Banshee: Perfecto, perfecto, con eso creo que podría empezar y las dudas que me vayan surgiendo os las consulto, vale?

HughJackmanVenidoAMenos: Vale, Banshee, pero date cuenta de que la deuda bilateral se amortiza en su tramo 2 de manera que la coadyuvación del valor de tasación y del spread a 3 meses nos dejaría un período de carencia de tres años! tres años! sabes lo que eso significa?

Banshee: Errr... pues, no, no mucho.

HughJackmanVenidoAMenos: Pues hombre, que la deuda primaria se amortizaría sobre el principal retroesforciante dejándonos un plazo de generación de intereses de las cajas aportantes equivalente al cuadrado de la hipotenusa.

Banshee: Ya, HughJackmanVenidoAMenos, pero es que yo no...

HughJackmanVenidoAMenos: Nada, nada, tú tranquilo, porque si mantenemos el porcentaje de capital de las cajas aportantes en un nivel que nos permita el cálculo dinámico de la órbita terrestre, podremos también, como es lógico, calcular los tramos pendulantes de deuda corriente tanto a nivel de amortización como de helados de vainilla.

Banshee: Ya veo.

Todos: ...

Banshee: Bueno, NiñaPijeras, que me hacías una hoja de Excel, no?

NiñaPijeras: Sí! mañana la tienes!

Banshee: (Gracias al cielo.)

martes, 9 de junio de 2009

Autoindulgencia.

Me siento fatal por volver a fumar como un cosaco de la estepa.

Tres años de libertad tabaquil, de ropa que huele a ropa y de no toser por las mañanas, y ahora todo al garete…

Lo que pasa es que Canalla me dio un buen consejo (“sé indulgente contigo mismo!”, me dijo) y claro, la indulgencia es lo que tiene.

El hambre con las ganas de comer.

Además, Mis Héroes (un beso enorme a todos, aunque algunos no me leeréis, por ahora, por decisión propia), con quienes paso bastante tiempo, fuman también, y eso no ayuda.

Pero por favor, que nadie vea excusas ni acusaciones que la culpa es mía y sólo mía.

Me voy planteando dejarlo.

Lo pongo en la lista de “Cosas-Que-Hacer-Cuando-Tenga-La-Más-Mínima-Gana-De-Hacer-Cosas-Difíciles".

Por ahora me declaro indulgente.

domingo, 7 de junio de 2009

Tiempo

Durante dos meses estuve muerto.

A ratos creía que no, que avanzaba en alguna dirección, que me movía de forma autónoma, pero era una ilusión.

Sólo esperaba.

Durante dos meses no hice otra cosa más que esperar sin moverme de mi ataud.

Esperaba oir esas palabras, que salieran de Tu boca, esperaba que hubiera vuelta atrás y que todo fuera como antes, esperaba que me aportaras un hálito de vida que me permitiera sacudirme todo el polvo que se había acumulado sobre mi alma e iniciar de nuevo la marcha.

Y es ahora cuando las has pronunciado. Ahora que había resucitado después de una lucha eterna que me dejó exhausto.

Justo ahora, cuando ya no estoy seguro de si me importa.

Necesito tiempo para digerir mi amarga victoria, obtenida cuando ya ni siquiera luchaba.

Necesito tiempo.

sábado, 6 de junio de 2009

Ridícula hipersensibilidad

Hoy me siento tierno así que todo me da pena.

Incluso Ella contándome entre lágrimas que le ha hecho un arañazo al coche mientras maniobraba porque había dos que habían aparcado demasiado cerca.

Joder con la hipersensibilidad.

Han cambiado algunas cosas, os mantendré convenientemente informados.

viernes, 5 de junio de 2009

Just a rat in a cage

Hey, do you guys want to hear something? a really personal feeling I wasn't thinking of revealing? something I had in my chest and needed to let out in a bad way? ok, here I go, you better get ready for some confessions.

I think HATE has overthrown rage in this weird struggle all my feelings are having to outstand among the others.

Oh, yes, I said the H word indeed. Not that I'm proud about it but what's this anyway, a beauty contest? an opinion poll?

I'll sweeten it up a little bit though, it's not exactly that I hate Her, it's nothing so straight forward; rather than that I'd say I hate all this situation and the world in general :D .

Actually I cannot find out who or what the target of my hate is (which may perfectly mean the She is the target of my hate after all, even if I'm not aware of it...)

The truth, I must acknowledge, is that JVM and Canalla did warn me when they thought they were just casting a good piece of advice at me.

I was acting like a real wanker by then and simply failed to see things just as they were displayed in front of me.

Mate, were they right. No one has been that right.

What they were doing, even if they weren't aware of it, is making the most accurate prediction in the world. They just told me the tale exactly as it was going to happen.

Still, I thought this was something special, you know all that "we're different!", "you see things twisted because you're not directly involved.", "I know how to sort things out" crap.

But it's not special. It's written. It's like a fucking manual you find when it's already too late, but still you read it and find out that the things happening around you stick point by point to the book.

Well, I was WRONG. WRONG WRONG WRONG. And they were RIGHT.

Had I listened to them before, I would have skipped a waste of precious time.

The most terryfing thing is that I'm perfectly aware that I've had no control at all. I've been swallowed by the wave and there was nothing I could do in order to change my fate. Nothing at all.

Paradoxically, as CMQ already stated in a comment, that is somehow relieving.

jueves, 4 de junio de 2009

English summer rain seems to last for ages...

...no para mí, que me ha hecho un sol y una temperatura que parecía Canarias, aquello.

Ser turista en Londres no es, ni remotamente, lo mismo que vivir allí. Y haber estado muchas veces no te convierte en un residente, por mucho que algunos crean que sí.

Canalla lleva cerca de dos años viviendo en Londres y se nota, se conoce los trucos y los pliegues de la ciudad, da gusto ver cómo se mueve por ella como pez en el agua.

De modo que no he podido tener mejor guía en mi última visita, y tampoco mejor compañía.

Entre las cosas que hemos hecho destaco:

-Hemos desayunado como reyes.
-Y bebido como cosacos.
-Hemos hablado de lo humano y lo divino.
-Nos hemos sincerado borrachos perdidos a las 3 de la mañana.
-Hemos ido a la lavandería.
-Hemos ido a un piano bar.
-Hemos visto a un vasco genial suplantar al pianista del piano bar jaleado por el resto de españoles allí presentes.
-Hemos visto a un rockero viejo tocar la armónica.
-Hemos probado comida exótica que estaba rica.
-Hemos probado comida exótica que NO estaba rica.
-Hemos visto una pelea entre un tipo borracho y unos negros enormes que custodiaban la entrada a un club.
-Un tipo que orinaba junto a nosotros en unos servicios ha gritado de pronto "what a fucking relief!" dándonos un susto de muerte.
-Hemos presenciado como alguien fue grosero con una camarera muy guapa.
-Hemos conocido a unos españoles maleducados y petulantes.
-Hemos visto una araña del tamaño de un portaaviones.
-Hemos bailoteado Reggae.
-Hemos compartido una cama de matrimonio...

Ejem, en fin, os podéis hacer una idea, pero aún así, ilustro mi viaje con unas fotos de calidad miserable, enjoy!



















miércoles, 3 de junio de 2009

Un reto

El viernes pasado superé un reto.

Me daba miedo no ser capaz de conseguirlo, pero el resultado fue satisfactorio, excelente, diría yo.

El viernes pasado...


FUI AL CINE YO SOLO


Hala, ya está. Ya lo he dicho.

Nunca había tenido claro si la gente que iba sola al cine me inspiraba indulgencia o, por el contrario, algo de admiración y un poco de envidia, así que decidí probarlo y salir de dudas.

Elijo una sesión golfa (con perdón) y llego con tiempo, sobre las 23.15.

Compro mi entrada (ya sabéis:

-"Una entrada"
-"¿Sólo una?
-"SÍ, SÓLO UNA!"
-"Vale, vale, no te pongas así. Aquí tienes, son mil euros"
-"Joder, cómo se ha puesto esto del cine. Gracias, joven"),

Después me compro un Chai Latte (aunque no lo necesito, lo puedo dejar cuando quiera, en serio), en el Starbucks de al lado del cine y la Rolling Stone (hey, I'm cool!) en el Vips más próximo.

Hago tiempo disfrutando mi té y mi revista en la terraza del Starbucks aún un poco mosca... ¿me mira la gente porque estoy solo? ¿esos dos están cuchicheando? ¿me señalan y se ríen? ¿voy a tener que abrir La Caja De Las Galletas? no, falsa alarma; se ríen de uno que hace el mongolo dos mesas más allá. Me tranquilizo y guardo las garras de adamantium.

A una hora prudencial me dirijo al cine con dignidad y la cabeza muy alta.

Bueno, no, en realidad voy caminando deprisa y sólo me falta cubrirme la cabeza con una capucha, como si fuera un delincuente.

En la cola para entrar a la sala somos unas diez personas de lo más variopinto; un matrimonio de mediana edad les da la turra a tres jóvenes australianos (con los que, por cierto, compartía terraza sólo un rato antes), dos parejas de poppies hablan de grupos de música que no había oído mencionar en mi vida (sospecho que se los van inventando sobre la marcha) y un grupo de dos chicas y un chico con cara de dormido que están justo detrás de mí hablan en lo que identifico como portugués.

Una de los dos chicas, una brasileña bajita, morena y guapa que habla con suavidad, me pregunta si la película es muy larga. Le respondo que la peli es más larga que la infancia de Heidi, lo que nos conduce a una agradable e intrascendente conversación sobre el libro en el que está basada. Charlamos mientras sus acompañantes nos miran con cierta indiferencia.

Después, ya en la sala, cuando la luz se apaga, disfruto de la sensación de no estar pendiente de nada ni de nadie más que de la película y de mí, toda una deliciosa novedad.

Salgo del cine como a las tres de la mañana, pero me voy con una mezcla de relax, satisfacción y triunfo que me dejan una sonrisa tontorrona en los labios.

Con ese sabor dulzón (y la sonrisa tontorrona), me voy a casa y duermo como un bendito.

Ahora que he comprobado por mí mismo que a los que vamos al cine solos no nos marcan con una letra escarlata en la espalda ni nos queman en una pira por asociales, repetiré sin duda.

martes, 2 de junio de 2009

Principios

Quiero pensar que siempre he sido fiel a mis principios.

A veces pienso que me he equivocado y que Tú, haciendo lo que se te ha antojado has salido mejor parada que yo, que traté de hacer lo correcto.

Otras veces, las más, soy consciente de que hay que tener claro lo que se debe y lo que no se debe hacer.

Y por eso no entiendo por qué a ratos me sigo sintiendo desgraciado.

lunes, 1 de junio de 2009

Not an addict

Al principio, cuando me lo ofrecieron, lo rechacé de plano. "No gracias, yo paso de eso" dije.

Pero insistieron varias veces y al final cedí y lo acabé probando, "sólo una vez, no creo que pase nada por una vez".

La experiencia fue brutal, intensa y deliciosa, aunque peligrosa a la vez.

Después, no sé muy bien por qué, lo volví a tomar, creo que pensando que podría controlarlo, que podría parar cuando yo quisiera.

Pero no fue así.

Cada vez mi consumo fue más frecuente, busqué proveedores, lo cual no fue difícil, e incluso me hice una lista mental de dónde estaban los más cercanos en cada momento.

Ahora creo que, simplemente, es demasiado tarde.

Creo que soy un miserable adicto.

Sólo así se explica que no pueda dejarlo, que esté pensando en tomarlo a cada momento y que los períodos de abstinencia me provoquen terribles efectos físicos y psíquicos.

Desde aquí te maldigo, Canalla, por haberme descubierto...


















... el Chai Latte. :D